Preguntas frecuentes
Hay distintos tratamientos para una persona que tiene cáncer. Están los tratamientos locales como la cirugía y radioterapia, y los tratamientos sistémicos como la quimioterapia, inmunoterapia o terapias biológicas.
La cirugía consiste en resecar los sitios de tumor. A veces no se puede hacer por los riesgos o fragilidad del paciente, y puede realizarse radioterapia de alta precisión que logra destruir un sitio de tumor con una estrategia que llamamos radiocirugía.
La quimioterapia consiste en drogas que bloquean el crecimiento sobre todo de células de cáncer, y se usa por vía oral o endovenosa. Puede dañar tejidos normales también y producir a veces molestias.
Los agentes biológicos son tratamientos más modernos que bloquean específicamente algún mecanismo tumoral, así sean más efectivos y tienen menos complicaciones. Finalmente la inmunoterapia consiste en tratamientos que no afectan directamente al tumor, sino que activan las propias defensas para permitir que ahora sí reconozcan al tumor y lo destruyan.
También clasificamos los tratamientos según la intención que tienen, en tratamientos curativos y paliativos.
Los tratamientos con intención curativa en general incluyen la cirugía que reseca la enfermedad “visible”, y además quimioterapia para erradicar la enfermedad “invisible” que corresponde a la diseminación que a veces ocurre a pesar de que no la reconocemos en exámenes como tomografía computada, PET o resonancia pero tiene la posibilidad de generar sitios de ramificación más adelante.
Los tratamientos con intención paliativa significa que no tienen la posibilidad de erradicar totalmente la enfermedad, o sea no pueden curar, pero tienen una buena posibilidad de mejorar la calidad de vida y alargarla de manera significativa.
Los efectos secundarios son molestias o complicaciones asociadas a los tratamientos es el cáncer, que dependen del tipo de tratamiento que se reciba. Tienen que ver con el daño a nuestros tejidos normales.
Pueden verse después de la cirugía o la radioterapia por el daño causado a estructuras normales vecinas al tumor. La quimioterapia tiene con frecuencia molestias como la fatiga, náuseas, vómitos, diarrea, constipación, caída del cabello, neuropatía, caída de las defensas y riesgo de infecciones.
Los equipos médicos hacen todo lo posible por prevenir estas molestias con algunos tratamientos, y de dar alivio a las molestias lo más precozmente posible, y van ajustando las dosis siguientes para mitigar este riesgo.
La inmunoterapia puede causar a veces complicaciones asociadas al daño que pueden causar la propia inmunidad sobre los tejidos sanos, con problemas parecidos al que vemos en enfermedades autoinmunes con daño inflamatorio en la piel, tiroides, pulmones, hígado, intestino como los sitios más frecuentes.
El cáncer se desarrolla por una alteración genética, pero no toda alteración genética es hereditaria.
Los signos de alerta del cáncer pueden ser distintos en cada persona, incluso hay personas que no presentan ningún tipo de síntoma. Sin embargo, hay algunas señales a las que se les debe poner atención y, ante su aparición, la recomendación es visitar a un especialista en la materia:
- Bulto o zona de engrosamiento
- Cambios de peso sin intención
- Cambios en la pigmentación de la piel
- Llagas que no curan
- Cambios en los lunares o aparición de nuevos lunares
- Tos persistente o dificultad para respirar
- Fiebres sin causa aparente
- Dificultad para tragar
- Dolor muscular sin causa aparente
- Sangrado sin causa aparente
- Malestar después de comer
En muchas ocasiones el cáncer sí se puede prevenir, y para ello, es importante mantener hábitos saludables. En el CECAN te recomendamos:
- No fumar ni beber alcohol
- Comer sano (incluir frutas, verduras, legumbres y abundante agua en la dieta)
- Realizar actividad física
- Mantener controles médicos periódicos
- Protegerse del sol